CENTENARIO


LEMA DEL CENTENARIO
Discípulos y Misioneros de Jesús, con María de Itatí, junto a la Cruz
Cuenta con cuatro palabras claves: Discípulos; Misioneros; María; y Cruz. Cada una tiene su significado:
- Discípulo. En el 2008 reflexionamos sobre el discipulado. En la Carta Pastoral para dicho año el Arzobispo decía: “El acento debería estar puesto en ayudarnos a vivir más intensamente la invitación de Jesús a “estar con Él”. Este acento... quiere llamar la atención para que fijemos la mirada en las actitudes del Maestro, y ayudados por el Espíritu Santo, aprendamos de Jesús la proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir, como Él lo hizo (cf. DA 363)”.
- Misionero. En el 2009, último año del Trienio, reflexionamos sobre nuestra vocación misionera. En la Carta Pastoral el Arzobispo decía: “Nuestro espíritu peregrino... necesita un nuevo impulso que lo lleve a peregrinar hacia aquellos lugares donde Dios ha sido olvidado y el hermano abandonado a su suerte. “¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo...” (DA 548).
- María. Ella, la llena de gracia, es la primera discípula y misionera por su unión con Cristo y con el Espíritu Santo.
- Cruz. La cruz, además de la connotación pascual, tiene un sentido espiritual: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame (Lucas 9, 23).
SÍNTESIS DEL LEMA Y DEL LOGO
“En el transcurso de estos años (del Trienio), nos hemos propuesto reflexionar sobre la riqueza espiritual y la fuerza transformadora que tienen los dos signos distintivos de nuestra fe: la Santísima Cruz de los Milagros y la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí.
...necesitamos volver a esos signos, encontrar en ellos las razones más profundas que dan sentido a la vida y al esfuerzo por construir una convivencia más justa y más fraterna. Queremos descubrir en estos signos la misteriosa fuerza de fe, de esperanza y de amor, que necesitamos para hacer frente a las oportunidades y peligros del tiempo presente”. (Carta Pastoral para el tercer año del Trienio)
Somos un pueblo que comparte la tierra correntina. Sus lagunas y esteros, sus arroyos pequeños y grandes, y sus caudalosos ríos, favorecen la ganadería, la agricultura y la forestación. Pero la justa distribución de la tierra es un desafío urgente e ineludible, ya que los latifundios siguen siendo un mal de nuestro tiempo.




LOGO DEL CENTENARIO
 
El lema y el logo están relacionados y no se pueden comprender totalmente el uno sin el otro.
Está conformado por la integración de los dos símbolos más sobresalientes de la primera evangelización en nuestras tierras: La Cruz de los Milagros y la Virgen de Itatí.
La Cruz de los Milagros está representada por un símil en color rojo; y la Virgen de Itatí, por un trazo azul. La llama conforma un solo elemento con la Cruz; aunque tiene su propio significado.

La CRUZ, tiene dos connotaciones: por un lado, la histórica, trayendo a nuestra memoria el “milagro” de la Cruz en los días de la fundación de nuestra ciudad; y por otro, la teológica, haciendo presente el misterio de la Pascua.
Históricamente, la Cruz de los Milagros permite la unificación y la pacificación de distintos pueblos y razas en el Taragüí. Teológicamente, Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, manifiesta todo el amor de la divinidad por la humanidad desde el árbol de la cruz.
Ambas connotaciones son inseparables. Mons. Stanovnik los sintetiza así: “La Cruz es signo de amor y de vida en Cristo. La Santísima Cruz de los Milagros, como herencia histórica y síntesis cultural de los valores cristianos, es el signo que mejor expresa la fe católica del pueblo correntino. (Carta Pastoral para el tercer año del Trienio)
El color ROJO de la Cruz representa la Sangre de Cristo derramada por la redención de los hombres.

El TRAZO AZUL, naciendo en la base de la Cruz, simboliza, principalmente, a María al pie de la cruz; y, secundariamente, al territorio correntino bañado por abundante agua.
La devoción a la Virgen María, Madre de Dios, se canaliza en Corrientes, desde los inicios de la evangelización, a través de la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí la que contribuye a la civilización, a la conversión de los naturales, y a la propagación y afianzamiento de la fe cristiana. Por eso Corrientes la proclama Reina y Señora, Patrona y Protectora.
El Sr. Arzobispo nos decía: “María, junto a la Cruz, es el primer fruto de ese amor y de esa vida plena que brota del misterio del cuerpo entregado y sangre derramada del Hijo de Dios. Nosotros fuimos elegidos y llamados a ser discípulos y misioneros de esa vida y amor que brotan de la Cruz. (Carta Pastoral para el tercer año del Trienio)




La LLAMA al pie de la Cruz nos recuerda la incombustión, es decir, el “milagro” de la Cruz. Y, sobre todo, simboliza al Espíritu Santo, fuego de amor y fuente del ardor misionero. “Todo impulso hacia una vida humana más digna y plena se debe a la acción del Espíritu Santo. Él es quien conduce a la Iglesia a una profunda renovación, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales (cf. DA 367)”. (Carta Pastoral para el tercer año del Trienio)







SÍNTESIS DEL LEMA Y DEL LOGO

“En el transcurso de estos años (del Trienio), nos hemos propuesto reflexionar sobre la riqueza espiritual y la fuerza transformadora que tienen los dos signos distintivos de nuestra fe: la Santísima Cruz de los Milagros y la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí.
...necesitamos volver a esos signos, encontrar en ellos las razones más profundas que dan sentido a la vida y al esfuerzo por construir una convivencia más justa y más fraterna. Queremos descubrir en estos signos la misteriosa fuerza de fe, de esperanza y de amor, que necesitamos para hacer frente a las oportunidades y peligros del tiempo presente”. (Carta Pastoral para el tercer año del Trienio)
Somos un pueblo que comparte la tierra correntina. Sus lagunas y esteros, sus arroyos pequeños y grandes, y sus caudalosos ríos, favorecen la ganadería, la agricultura y la forestación. Pero la justa distribución de la tierra es un desafío urgente e ineludible, ya que los latifundios siguen siendo un mal de nuestro tiempo.



HIMNO DEL CENTENARIO
Pequeñas embarcaciones, navegando por bravos ríos,
trajeron a nuestros pueblos el anuncio de salvación;
vinieron desde muy lejos, allende los anchos mares,
Discípulos Misioneros, bajo el signo de la Cruz.
Franciscanos, dominicos, mercedarios y jesuitas,
fieles a su vocación en la conquista espiritual;
abrazados por María, Pura y Limpia Concepción,
heroicos iniciadores de la Evangelización.
Así se fue cumpliendo el plan que Dios tenía:
nuestra Iglesia querida, al amparo de María;
la que el Padre quería y el Espíritu guía,
y al influjo de la Cruz, la que dejó Jesús.
Padre Dios te damos gracias, por cien años de esperanza.
Nuestro canto de alabanza,
hoy nos llena de emoción.
Con María de Itatí y el Milagro de la Cruz,
la Diócesis de Corrientes celebra su creación.
Virgencita de Itatí, Madrecita Morena,
testigo de aquel momento de gloria para esta tierra.
Toda su historia encierra, cual invaluable tesoro,
tus milagros portentosos en tan increíble gesta.
Quisiste que aquí quedara un pedazo de los cielos,
con la forma de la Iglesia que el mismo Cristo dejó.
La devoción de este pueblo a la Virgen Milagrosa,
hizo que santos varones se prendaran de Itatí;
que miles de peregrinos se vengan todos los años,
y que Juan Pablo II anduviera por aquí.
La Virgencita Morena, en la Iglesia de Corrientes,
conserva para nosotros este tesoro espiritual;
Ella que es nuestra Patrona nos protege con su manto,
y se goza en la alegría de este siglo de bendición.
¡Con Luís María Niella, nuestro primer Pastor!
Hasta el Santo Don Orione pisó esta tierra bendita,
desde aquel 3 de febrero de 1910,
en que Dios ha consagrado a este suelo guaraní.

Autor: Gregorio Hugo Sotelo